21 de diciembre de 2010

Tu llamada...

Anoche recibí tu llamada. No la esperaba. Pensé que era un asunto desterrado de mi memoria y de mi corazón.  Inútilmente, intenté controlar el tono de mi voz para que no cayeras en cuenta del estado de ánimo que suscitó en mí escuchar tu nombre del otro lado de la línea. Sorprendí a mis ojos desaguando sentimientos que quizá reprimí. 

Tu llamada fue un aviso, un mensaje dado en el momento preciso en que buscaba una explicación a tanta energía invertida en otros rumbos, que no me han llevado a ninguna parte. Ahora me encuentro sedienta, agotada, desconcertada; sopesando la magnitud de mis desacertadas decisiones; percatándome que apunté al blanco equivocado...

Toda acción tiene su consecuencia; perderte puede ser la mía. Sin embargo, tengo la posibilidad brindada por tu llamada de acercarme de nuevo a ti, redimir mi culpa y tu dolor. Ahora no es el momento de hacerlo. Espero que pronto lo sea y a tiempo.

20 de diciembre de 2010

Blanco y negro

Blanco o negro. ¿Por qué no guarecerme en los extremos si el mundo se presenta en dualidades? ¡Tonalidades de grises!; alguien me dijo que la vida se mueve en esa gama y, sobre todo, el amor. No entendí nada de aquel mensaje dado entre café, ron, chocolate y tabaco. El Limbo, pensé, pues cómo más podría definir una postura tan ambigua. 

Finalmente, si dos personas se atraen por más razones que solo la química, por qué alargar la espera del inicio de una relación.

¿Tiempo? Para pensar; medir los riesgos; sondear el terreno; estabilizar efectos gravitatorios de experiencias pasadas; ponerle pausa a un ritmo de vida que desconcertó y saturó; encontrarle nuevos sentidos a la vida; conocer mejor a la persona que encanta para no equivocarse en dar el primer paso; ganar tiempo hasta saber qué mismo se quiere...

Desconfianza. Ansiedad. Incertidumbre. Es más fácil saber a qué atenerse y limitar las opciones en el amor a dos: TODO o NADA, pero cuando el planteamiento es cualquier cosa ubicada entre esos dos opuestos ya no es posible visualizar un lugar seguro, porque muy fina es la línea que separa lo real de lo irreal; la verdadera apuesta del juego pasajero.

Por unos instantes quise confiar y entregarme a la aventura de lo gris; hasta traté de convencerme de que sería buena idea; siempre es interesante probar algo nuevo, me dije. La emoción no duró mucho, sigo viendo en blanco y negro...

13 de diciembre de 2010

Senderos...


Caminando estaba ya por varios años, por senderos difíciles de transitar, llenos de obstáculos, que atravesaba con la consigna de que de algo serviría tanto dolor, tantas lágrimas derramadas sobre el suelo cubierto con piedra arenosa y afilada, el cual pisaba descalza. Con el pasar del tiempo, sus pies se volvieron ásperos y callosos para soportar tal travesía, y sus lágrimas se secaron, quizá hasta que la fuente de aquellas gotitas cristalinas se llenara de nuevo.
Cuando la resignación se apoderó de su ser, convencida de que su destino siempre sería así, el camino la llevó a un bosque. Sus pies cansados pisaron en hierba y tierra húmeda; y se alimentó con los frutos que tomaba de los árboles, de aquellos árboles frondosos que parecían inclinar sus ramas ofreciéndole sus criaturas maduras y jugosas.











Se dejó consolar por la brisa apacible que la invitaba a bailar y a sanar sus heridas. El bosque se presentó ante ella como el final de su trayecto; así decidió tomarlo y regocijarse en el disfrute de la tranquilidad que aliviaba su alma cansada.

¿Sería aquel lugar el paraíso? Así lo creía durante las largas caminatas que daba descubriendo todos sus recovecos hasta que encontró un sendero, el primero que veía desde su llegada y el único. La incertidumbre la invadió, pues sintió el creciente deseo de aventurarse fuera de su lugar seguro, pero ¿qué le depararía tal aventura? ¿Sería capaz de regresar al bosque a voluntad o se perdería en el trayecto de regreso? Para qué salir de ahí si, finalmente, entre los árboles había encontrado su tan ansiada paz.

Dio media vuelta para internarse de nuevo en el espacio que sentía suyo, solo siete pasos y dio otra media vuelta, tomó una gran bocanada de aire y con una sonrisa inusitada en los labios se decidió a descubrir qué le depararía aquel sendero desconocido. La vida continúa...

19 de noviembre de 2010

Regresa...

Te escribo en un intento desesperado por reencontrarte, por saber a qué caminos te llevó la vida, qué experiencias estás viviendo que te tienen alejada de mí. ¿Te fuiste para volver fortalecida? ¿Te marchaste para que aprenda a sobrevivir sin tu presencia? Desapareciste para, finalmente, regresar y tomar el lugar que te corresponde en mí.

Eras tan mía que te confundí con el escenario que me rodeaba. Asumí con prepotencia que había hecho lo suficiente para mantenerte siempre dispuesta a salvarme cuando lo necesitara, acompañándome en todas mis travesías como mi escudo de protección; no me equivoqué en lo de ser mi escudo, mi error fue pensar que siempre recibirías las balas por mí.

Debo confesarte que no me percaté de tu ausencia, no al principio. Como mecanismo de protección, supongo, tu espacio fue inmediatamente sustituido por una versión ligera de ti, similar en la forma pero sin ningún contenido, quizá por eso me demoré algún tiempo en darme cuenta de que te habías ido. Tu reemplazo me jugó una treta y me hizo vivir una ilusión paradisíaca; me elevó por los cielos, aceleró mis latidos, me hizo sentir dueña de mis decisiones y del mundo; me hizo creerme superior a muchos y capaz de manejar situaciones inverosímiles; pero, como dije, fue solo una ilusión que ahora intento mantener llenando mi vida de ruido, gente, vicios y en la espera de la consumación de una pasión efímera que llegó vestida de rojo tentación y me lanzó a un agujero negro. Aquella pasión no consumada es la que me hizo darme cuenta de tu silenciosa huida.

Como ves, hoy me encuentro sin ti vulnerable, desnuda, incompleta, vacía; atrapada en un engaño y sometida al vaivén rojo y negro.

¿Qué debo hacer para que regreses? Te invoco por tu nombre, amada Autoestima, vuelve y saca de mí a tu mal reemplazo. Adiós Ego.

8 de noviembre de 2010

Negra consumación

Atrapada en toda una suerte de sensaciones que empiezan a apoderarse de mis sentidos; la siento envolver mi lengua con todo el fulgor de su sabor paradisíaco o, quizá, diabólico sabor, porque tanto éxtasis no podría proceder de lo divino, sino de la tentación de lo prohibido.

Ella se apodera de mí con la sutileza de la fiera que acecha a su presa hasta tenerla tan cerca que es inevitable su extinción. Así, me entrego con la sumisión de aquella que se sabe sentenciada por su verdugo.

Mi cuerpo se estremece, mi sangre hierve y la siento moverse por mis venas; y los pocos intentos que inicialmente hizo mi mente por contrarrestar tanta invasión de delirios se esfumaron; tuvo que rendirse y dejarse elevar o caer en las profundidades del no retorno.

Y unos segundos surrealistas de duración tan relativa como la percepción de eternidad, fui transportada a otro estado de conciencia donde fui fusionada y consumada por el placer.

No tengo otra forma de describir mi experiencia con la tarta de chocolate del Suzette.

2 de noviembre de 2010

Estrella fugaz

Siempre me he sentido profundamente intrigada por las personas que aparecen en nuestra vida como maremoto: destruyendo esquemas, haciendo que nos confrontemos con nuestras creencias, nuestros límites, nuestros principios, que replanteemos nuestros proyectos, nuestra manera de llevar la vida, y no porque esa persona que llega como avalancha lo haga o lo pida de manera explícita, sino porque su sola presencia genera todo esa gama de reacciones y emociones dentro de nuestro ser. Y ahí es cuando entramos en una clase de "crisis existencial", en la cual descubrimos con cierto estupor que esa persona que apareció como fantasma no provocó nada sino que lo detonó, que sirvió como la gota que derramó el vaso.

Cómo explicar este fenómeno tan sui géneris, este alocado ir y venir de ideas y sensaciones que llenan la mente y el cuerpo desde la perturbadora aparición de aquel ser humano, que más parecería un ser venido de otro tiempo, de otra época, de otra dimensión, de otro mundo; un ser salido desde las profundidades de lo oculto, de lo sin nombre, cuya presencia nos evoca una suerte de deseo primitivo y tal vez hasta un miedo reverencial.

Y qué hacer ahora cuándo el replanteamiento de nuestra vida y el deseo de estar con esa persona enigmática se amalgaman y no se ve horizonte ni salida, y lo único seguro que se tiene es saber que no se está seguro de nada, que el ayer ahora no significa nada, el ahora en un segundo será nada y el futuro, simplemente, no existe.

Dulce y terrible maremoto, agua tormentosa de la que salieron todos mis miedos y mis demonios, te pido que seas una estrella fugaz de mi cielo porque no soporto tu luz iluminando mi temible sombra por más tiempo...

23 de octubre de 2010

Mi encuentro con la sombra...

Hoy tuve un proceso de imaginación activa muy revelador e intenso. Escuchando una canción árabe bastante movida y de sonidos exuberantes, cerré mis ojos y me vi en la playa frente al mar; empecé a agitar sus aguas a voluntad al compás del movimiento de mis brazos y manos al igual que una directora de orquesta. Luego calmé al mar y me adentré en él, primero hundiéndome y después saliendo a flote subida en una roca; y ahí en pleno centro de todo mi escenario, de sus aguas apacibles comencé a generar olas galopantes y turbulentas.

El cielo se tornó obscuro y de él hice caer lluvia a cántaros, rayos y truenos; y de las profundidades del mar salir toda clase de animales míticos y quizá hasta desconocidos. Todos nadaban a mi alrededor como demandando algo de mí, como rindiendo culto a su creadora... Hice aparecer un dragón inmenso que lanzaba fuego por doquier y se depositó en una roca muy cerca mío.

Descargué toda mi ira, mi frustración, mi desesperación, mi confusión en la creación de aquel caos que disfruté con sospechoso deleite. De pronto todas las criaturas se transformaron en energía, volaron por los aires y se fueron introduciendo una a una en el centro de mi pecho y podía sentir su poder vital apoderarse de mí; mientras aquello tan inesperado pasaba, las aguas del mar se iban calmando y el cielo despejando; y cuando la última criatura, el dragón, ingresó en mi interior, el mar reposó y las nubes desaparecieron casi en su totalidad permitiendo la salida de un sol radiante cuya luz caía directamente sobre mi pecho, luz dirigida en disposición de puente para que yo, a mi vez, pudiese brindarle al sol mi propia luz.

Justo en este preciso momento la canción se terminó y abrí mis ojos con una sensación de fuerza, esperanza y vitalidad...

14 de octubre de 2010

Justo ahora...

Tiembla la tierra de mis adentros, se parte abruptamente y deja salir emociones y sentimientos como magma, mar de fuego incandescente que arrasa con mi pasado y mis creencias y luego deja el terreno abonado para que llegues tú y lo siembres con tus deseos.

No te esperaba pero llegaste y ahora que estás aquí solo quiero lanzarme a tu encuentro y perderme en ti. Quisiera no medir las consecuencias, quisiera no pensar en lo que pasaría después...he perdido la razón, mis pensamientos solo giran alrededor de ti y me siento esclava de cada movimiento que das en torno a la posibilidad de que pase algo más entre tú y yo.

No te esperaba en este momento de mi vida pero, para ser honesta conmigo misma, es como si siempre te estuve esperando, porque cuando mis ojos se fijaron en ti sentí que mi alma te reconoció y las piezas del rompecabezas de mi existir ocuparon su lugar, pero lastimaron al desprenderse de los lugares donde estaban impregnadas.

¿Por qué la vida no me regaló tu bendita presencia antes? Antes, cuando te buscaba con desesperación en todas partes y en todos los rostros, y se burla de mí poniéndote en mi camino justo ahora cuando ya no te buscaba porque creí, ilusamente, que te había encontrado.

No se requiere morir para ir al cielo, pero tampoco para estar en el infierno. Y justo ahora estoy aquí, tomando conciencia de que no importa la decisión que tome, todas me llevarán al infierno...

16 de septiembre de 2010

"A Dios rogando y con el mazo dando"

Yo que no soy tan amiga del Facebook porque la verdad me da pereza de enterarme de las "novedades" del resto por este medio y, en general, de enterarme del resto por cualquier medio, he intentado no estar tan atrás en esto de las "redes sociales" y, de vez en vez, abro mi cuenta para despejar mi aburrimiento por dos minutos (porque luego de ese tiempo me aburro con el Facebook). En uno de mis trajines encontré la siguiente frase que una de mis buenas amigas había escrito en su muro:

"Actuar por una causa que uno cree buena hasta el punto de olvidarse de uno mismo....MALA IDEA!!!!!... A Dios rogando y con el mazo dando....."

No hubiese querido escribir nada al respecto; pero mi amiga es la que insinuó luego en su muro que yo haría alusión a su escrito y, bueno, no quiero decepcionarla...

Y es que raya en lo irónico que alguien, que se ha caracterizado por olvidarse de sí misma en su cotidiano actuar por las causas perdidas, publique tal mensaje, que debo confesar mi gracia al leerlo. Porque cómo más puedo explicar que alguien que se ha sobreexigido demasiado en su trabajo, hasta el punto de olvidarse de su vida personal y de sus responsabilidades familiares, para colmo siendo esto poco o nada reconocido por su jefe; y que estuvo varios años embarcada en una relación en la que todo el mundo a su alrededor vaticinó un futuro poco alentador, menos ella (relación que consumió mucho de su tiempo, su dinero y su energía), hable ahora de no olvidarse de sí misma.

Sin embargo, en honor a la verdad, debo decir que renunció a ese trabajo y terminó con su pareja; tal vez nunca es tarde para remediar los errores, fijarse nuevas metas y luchar por causas que valgan la pena; porque las peticiones al cielo jamás tendrán su efecto si uno no hace nada por conseguir lo que anhela...

10 de septiembre de 2010

Hoy hubieses cumplido 64 años

Ya son siete años de tu partida, siete años en los que cada día sigo aprendiendo a vivir sin tu presencia y a resignarme a que por más que desee tu regreso solo tu recuerdo me une a ti. Cuando te marchaste mi mundo se desmoronó; cada pensamiento mío giraba en torno a tu ausencia y a las acciones que debí haber hecho para evitar tu partida y a las que hicieron los demás, sí, aquellos que siempre se aprovecharon de tu bondad, para propiciar tal desenlace y que por elección dejé de llamarlos y sentirlos mi "familia", ya que nada hicieron después de que te fuiste, nada...

¿Cómo recobrar las ganas de vivir cuando se ha perdido todo? Porque eso sentí, que todo lo perdí una vez que ya nada pudo hacerse para evitar tu liberación. Yo sigo encarcelada en esta realidad que poco a poco se ha tornado más llevadera, porque aunque el tiempo no curó mi dolor, me enseñó a vivir con la herida, a hacerla parte de mi mente, de mi piel y de mi corazón.

Hoy hubieses cumplido 64 años y te los festejo creando escenas en mis delirios a los que llamo imaginación, viendo tu expresión de felicidad al darte tu regalo, invitándote a un lindo sitio a cenar, qué se yo, a conformarme con la sensación de que hubieses disfrutado cumplir un año más de vida junto a tus dos hijas y a tu nieto, hermoso niño que no conociste, pero que aprendió a decir que estás en el cielo.

8 de septiembre de 2010

De bello a fuegos...

Al nadar había golpeado su pie en quién sabe qué cosa y a pesar de haberle dolido el impacto no le dio mayor importancia y solo se revisó rápidamente, sin percatarse de que uno de sus dedos fue víctima de una pequeña lesión. Salió de la piscina, se duchó, vistió y partió de la mano con su nueva chica de turno, alguien con quien dice tener una relación "sin etiquetas" para evitar los formalismos que conllevan, inevitablemente, al fracaso amoroso...

Ella, a quien llamaremos Nadia, preocupada por el accidente de su ¿pareja?, pidió a Juan chequearse de nuevo su pie para verificar el daño causado por el golpe. Juan, para evitar que Nadia siga insistiendo en algo tan absurdo para él (ya que ignoró por completo lo que su lesión a tal punto que dejó de dolerle el pie), se sacó el zapato y la media en plena acera, y se alarmó de lo que vio: su cuarto dedo (siendo el dedo gordo el primero) estaba con la piel de su costado izquierdo abierta, era una herida lacerante y provocaba dolor al solo verla; y por esa razón, Juan empezó a sentir de nuevo el dolor que ya había olvidado al salir de la piscina.

Como iban a la casa de un amigo en común, decidieron continuar con su camino. Ya allá, Carlos les proporcionó algo de alcohol y de antibiótico en polvo y Nadia, haciendo de buena enfermera, curó a su "amado" Juan.

Aquella noche, Juan pasó con fiebre, mucha fiebre, y a pesar de que amaneció todo maltrecho tuvo que ir a trabajar porque tenía dos reuniones muy importantes que no podía cancelar. Así lo hizo y, luego de terminar sus reuniones, llamó a los paramédicos de su seguro médico, los cuáles llegaron a su oficina bajo las miradas de asombro del resto de sus compañeros que no se habían percatado que tenían a un "moribundo" entre ellos.

Los paramédicos atendieron a Juan, le mandaron ciertos remedios para su amigdalitis, sí, aquella que contrajo al haber salido de lo caliente de la piscina al frío de la calle sin ninguna precaución; y pese a los lamentos de Juan para que los paramédicos revisen la "grave" herida que se había hecho en el dedo del pie, tuvo que conformarse con la respuesta de los entendidos, que le dijeron que su dedo estaría muy bien.

Juan salió del trabajo unas horas antes con la veña de su jefa que lo vio muy decaído. Llegó a su casa en una tembladera completa; tomó sus medicamentos y se dispuso a dormir; en vez de dormir pasó entre delirio y delirio por la fiebre. En sus alucinaciones habló con los Thundercats, quienes le revelaron el mayor secreto de la existencia y del universo; pero que, lamentablemente, Juan olvidó apenas se despertó. Se levantó y se vio en el espejo del baño y vaya la sorpresa desagradable que se llevó, se vio deforme... Quizá, los Thundercats se vengaron por el tremendo olvido de Juan a sus revelaciones enviándole alguna maldición para opacar su "belleza", que se concretó en tres inmensos, gigantescos fuegos en el contorno de sus labios.

Tuvo que ir a trabajar así porque tenía otras reuniones importantes y tuvo que soportar el asombro de todas las personas que le preguntaban qué era lo que le había pasado; tanto así que uno de sus amigos, por bien hacer, le aconsejó que mejor se colocara un cartel que diga "No soy así, estoy enfermo".

Lo que más lo avergonzara es que Nadia lo viera así, porque no quería perder su "sex appeal" con ella; además, cómo le explicaría que aquella "velada" en la piscina había desembocado en tantos acontecimientos de tortura para él: lesión en el dedo, fiebre, amigdalitis, más fiebre, fuegos, gigantescos fuegos, y vergüenza de presentarse ante el mundo con su nuevo rostro. No quiso enfrentarse a tanto y prefirió verse con Nadia una vez recuperado su rostro y así lo hizo; finalmente, quizá las relaciones "sin etiquetas" impliquen mostrar siempre lo mejor de uno para que nunca termine la magia...

7 de septiembre de 2010

La corbata de mi compañero

En mi trabajo tengo un compañero muy peculiar; creo que en su vida pasada fue gangster y lo único que le quedó de aquel pasado criminal fue la forma de vestir, porque en ocasiones asoma vestido con trajes tan "refinados", a rayas, que la primera imagen que se te viene a la mente es de él sentado, fumando un habano y rodeado de muchas mujeres. Y es que para colmo, se cree "galanazo", y no puedo negar que tiene lo suyo, pero no es para tanto...

Procura demostrar su buen gusto en trajes, camisas, zapatos, cinturones, relojes, corbatas con sus respectivos pañuelos, haciendo notar que no ha tenido reparos en gastar buena parte de su sueldo en aquellos menesteres, y es que ¿en qué más puede gastar su plata un soltero, sin mayores compromisos que los de complacer a su enamorada y que, además, no tiene que preocuparse por ninguno de los gastos que conlleva mantener un hogar? Así que hasta que eso suceda, claro, en el caso de que algún día asiente cabeza, su paga le sirve para incrementar su colección de artículos "embellecedores" para hacerlo más interesante para el sexo femenino.

Debo admitir que me siento seducida por su buen gusto, pero no comparto un único detalle: la posición de su corbata. En su labiosa manera de expresarse, como todo buen abogado, me explica que el llevarla puesta así es un estilo, pero a mí siempre se me hace que la lleva chueca y me estorba a la vista que deje expuesto el segundo botón de su camisa; parece como si alguien lo hubiese querido jalar de la corbata, mi buen compañero lo evitó parcialmente y no se percató de cómo terminó su corbata en tal ajetreo.

Ya he hecho intentos por decirle que su estilo al usar la corbata genera interferencia con el resto de su vestuario, pero creo que no hay más sordo que el que no quiere escuchar. Yo, me seguiré burlando en silencio de tal peculiar estilo...

6 de septiembre de 2010

Cuando estás entre mis brazos

Te siento junto a mí, con tu cuerpo desprovisto de vestiduras; estás ahí tan mía, tan entregada al momento que dudo, por instantes, si lo que vivo es verdad o es un hermoso sueño. Tu respiración agitada se confunde con la mía, tu sudor con el mío, tus latidos con los míos, tus gemidos con los míos, estamos tan cerca que no puedo evitar sentirme parte de tus contornos...

Y acaricio tu piel como quien descubre por vez primera la suavidad de la seda; me bebo tus besos como aquel desdichado que pasa varios días abandonado en el desierto y acaba de encontrar agua en un oasis; me embarco en los movimientos acompasados de tu cadera que baila al son de nuestra melodía. Y te abrazo con fervor cuando adivino, por el repentino acelerar de tu danza, que pronto caerás rendida en mis brazos intentando recuperar el aliento que se te escapó hace un rato.

Y así es, ahora estás rendida descansando sobre mi pecho, enredada en mi cuerpo cual hiedra y yo, me dejo extasiar con la dicha que me embarca cuando estás entre mis brazos...

3 de septiembre de 2010

¿Ovni o nube?

Ayer tuve la oportunidad de tomar esta fotografía. Es impresionante como en ocasiones el azar juega su papel en la distribución de las nubes para permitirnos alucinar, por momentos, con sus formas majestuosas.



Espero que disfruten de este visitante alienígena camuflado en esta nube gigantesca.


1 de septiembre de 2010

La camioneta azul...

Hace pocos días escribí sobre mi jefe pero no mencioné su camioneta; no lo hice deliberadamente porque escribir sobre ella implicaba dedicarle toda una publicación, y no quería opacar la "oda" a mi jefecito.

La camioneta de mi jefe es de color azul, como la carcaza de su celular, el reloj, el marco de sus lentes, el esferográfico, la cartuchera de sus implementos de aseo y varios ternos, todo aquello en su agitado intento por combinarlo todo; pero, en honor a la verdad, la camioneta no hace buen juego porque está vieja y algo maltrecha. Para ser más gráfica, solo intenten visualizar esta imagen:

Un hombre con aires de ejecutivo, bien peinado, bien afeitado, "inmaculadamente" combinado en su vestir con ternos y camisas de marca, con zapatos relucientes, con celular y reloj "pelucones" saliendo de una camioneta que nada tiene que envidiar a las que se usan en los mercados para traer los quintales de papas y cebollas...

Tal es el estado de la camioneta que ni siquiera tiene radio y las pocas veces que he subido a ella (tan solo porque no he tenido otra opción), he tenido que soportar a su dueño intentando acompasar sus aullidos a canciones, de una época tan antigua como la edad que aparenta la camioneta, que salen vergonzosamente de su celular.

El servicio técnico siempre viene al auxilio de mi jefe, pues en actos inconscientes que por inconscientes no los quiere reconocer, mi jefe ha dejado en varias ocasiones la llave dentro, supongo que porque de alguna manera hasta él mismo se niega a entrar en ella.

Y por si fuera poco, esta mañana mi jefe llegó tarde al trabajo porque su camioneta amaneció con una llanta ponchada, quizá ahora su dueño, en otro acto fallido, se levantó sonámbulo aquella madrugada para impedirse ir en ella al trabajo; sin embargo, al despertar llamó al servicio técnico, esperó a que el señor que llegó a su auxilio cambiara la llanta y, luego, mi jefe, supongo que ya resignado a hacerle juego a la camioneta, subió en ella vestido con jean y un chaleco multiuso, igual a los que usan los camioneros...

31 de agosto de 2010

"¿Cómo hacer para explicarles que no son eternos?"

Esta pregunta estaba escondida entre decenas de palabras que se abrían paso ante mis ojos, mientras leía una publicación de un joven excepcional en su blog, que detalla su escape (provisional) a la muerte.

Lo único seguro que tenemos en la vida es que algún día ya no estaremos aquí; y la mayoría de nosotros nos pasamos viviendo engañados en la ilusión de eternidad. Somo efímeros y deberíamos hacer de aquella condición nuestro más valioso elemento de negociación. Y claro, si después de todo: de tanto trajín, de tantas agonías y sufrimientos, de tanto estudio, de tantas horas desperdiciadas en el trabajo, de tantas pretensiones por querer tener más de lo que tenemos, de tantas poses y máscaras presentadas antes los demás, no nos quedará nada...

El sentimiento de ser efímeros, de ser transitorios llena el pecho de un miedo reverencial. ¿Qué tantas cosas haríamos o dejaríamos de hacer si tuviésemos la conciencia constante de ser pasajeros de un tren que llegará pronto a su destino final, y que al culminar su viaje culminaremos con él?

30 de agosto de 2010

Bajarse del bus al vuelo...



Dos días después de mi cumpleaños, como para empezar a lo grande, salí volando de un bus a una cuadra de llegar a mi trabajo. Parecería que estoy exagerando pero no es así, de verdad salí volando...

Eran las 8y25 del miércoles 11 de agosto; el bus en el que estaba (cuya placa pueden apreciar) se detuvo en el semáforo en rojo de la Amazonas y Veintimilla y al arrancar empezó a acelerar de manera violenta para que no le cogiera el siguiente semáforo, el de la Amazonas y Carrión. En ese trayecto de dos cuadras, me levanté de mi asiento y me dirigí a la primera puerta para pedir parada y recuerdo que el movimiento del bus fue tan brusco hacia adelante que, a pesar de que me agarré del tubo vertical junto al asiento del cobrador, rodé abruptamente por las gradas del bus y me di unos cuántos trampolines en la calle, hasta detenerme entre el bus, que frenó solo porque hubo un patrullero en frente, y la acera.

La sensación de una caída inevitable de un bus en movimiento fue espeluznante y más el sentirme completamente adolorida con mi mano derecha sangrando y siendo "admirada" por cuanto curioso pasaba por ahí, incluyendo a los pasajeros del bus que se bajaron para ver qué tanta sangre había derramada.

Me limité a gritarle a la gente que miraba que llamara a la ambulancia, al ver su lentitud para reaccionar yo misma llamé al 911 pero sin nada de éxito porque la llamada no conectaba y enseguida llamé a mi jefe, quien acudió a mi auxilio inmediatamente.

Entre tanta gente curiosa movida por su morbo, recuerdo la diligencia de dos personas: una chica muy simpática que logró comunicarse con la ambulancia y un colombiano que se puso en cuclillas junto a mi cabeza, él me dio su chompa para recostarme en ella, estuvo pendiente de que no perdiera el conocimiento y de mantenerme lo más serena posible. Aun hay gente buena en este mundo...

Para mi sorpresa, vi a un oficial de la policía que entraba y salía del bus; digo sorpresa porque los policías suelen no estar cuando se les necesita. Por el contrario, la ambulancia tardó 20 minutos en llegar. Hasta eso, procuraba no moverme por eso de si tenía alguna fractura en mi espalda o cadera que me dolían un montón o alguna lesión en el cuello o cabeza; la cabeza también me dolía porque recibí un golpe al caer.

Llegó la ambulancia después de varios minutos que se me hicieron eternos y paré en el Hospital del Seguro. Mi jefe me acompañó y estuvo pendiente de mí todo el tiempo, junto a otro compañero de trabajo que fue luego llevando mi cédula que requería el hospital para mi registro. Apenas ingresé, los doctores revisaron el movimiento de mis extremidades y mi respuesta al dolor frente a numerosos tanteos a lo largo de mi cuerpo.

Esperé hora y media sola, puesto que le pidieron a mi jefe salir a la sala de espera, y debo admitir que durante ese tiempo sentí desolación y desamparo porque me veía supeditada a esperar en la camilla junto a la pared del pasillo con el cuello ortopédico, sin poder ver nada más que el techo. Cierto, al rato una enfermera me conectó suero y algo de medicina para el dolor. Cuando llegó el enfermero encargado de llevarme a tomar las placas, sentí un verdadero alivio; él cerró la vía de los sueros y colocó ambas funditas en mi camilla y me llevó con premura a la máquina que tomaría mi tomografía. Pasamos por la sala de espera y el enfermero llamó a "los familiares de la señora Troya" y ni mi jefe ni mi compañero atendieron la llamada; me preguntaba dónde estaban. Después de recorrer algunos pasillos y de haber ingresado al ascensor, el enfermero me dejó, sola, junto a la pared de otro pasillo. Otra vez desolación y desamparo... pero al rato visualicé a más del techo, la cara de mi jefe que se disculpaba por haber salido a tomar sol y me explicaba que le tomó algo de tiempo dar con el sitio de rayos X.

Me hicieron la tomografía y luego me llevaron a tomarme las placas del tórax y la cadera. Luego de esto, fui puesta junto a la pared de otro pasillo de emergencia, sola, por tercera vez. Al rato, luego de tres peticiones a tres enfermeras distintas de que hicieran algo con el suero que aún tenía conectado pero cerrado, me pasaron a un cubículo dividido de los demás por cortinas. Esperé cuatro horas hasta recibir la noticia del doctor de que no tenía nada roto.

En ese lapso de tiempo, un policía estaba pendiente de que agilitaran mis resultados, puesto que de mi estado dependía la sanción que tendría el chofer del bus. Cuando me dieron de alta, el policía se acercó a explicarme que como no tuve heridas de consideración, él mismo se encargaría de que el chofer tuviera la máximo sanción posible, a saber: seis puntos menos en su licencia y una multa de 75 dólares. Era visto que se requería que me "partiera la crisma" para que el chofer de la gran %&¿?$%* tuviera una sanción mayor, pero al menos algo es algo...

Tuve reposo el resto de la semana y pasé por una recuperación dolorosa, pero a pesar de las molestias, estoy muy agradecida de que en mi accidente hubiese tenido como saldo solo golpes y rasguños, porque las posibilidades de que terminara peor son muchas. Esto fue como dicen "una desgracia con felicidad".

Lo que me pasó es solo una pequeña muestra de la irresponsabilidad de los que se dicen llamar los "profesionales del volante", que de profesionales no tienen nada. Estos choferes no se dan cuenta de la responsabilidad que tiene en sus manos, al transportar la vida de centenares de personas a diario. Tres semanas después vi dos buses chocados junto a la estación del Metro...

Se preguntarán, quién tomó la foto de la matrícula del bus que me arrojó por la puerta; pues mi jefe, quien también tomó una foto mía en la calle esperando por la ambulancia. No me pareció propicio mostrar aquella foto.

26 de agosto de 2010

MI JEFE...

Muchas veces he escuchado a las personas hablar pésimo de sus jefes, inclusive, yo he sido partícipe de aquellas conversaciones, muy simpáticas y catárticas, en donde he dicho lo que he podido de mis jefes; porque para ser sincera me han tocado de todo un poco. Unos que han parecido muy bonachones en un principio, pero luego han sacado sus garras desmereciendo mi trabajo injustamente; otros sobreexigentes a matar y algo groseros en sus modos, a tal punto de pretender que tenga todo lo que pedían a la velocidad de sus gritos y sus altibajos emocionales; otros completamente ineptos para desempeñar sus funciones como jefes, pero astutos para proteger su metro cuadrado de poder y hacer valer su voluntad; y también, afortunadamente, he tenido jefes que han sabido valorarme como persona y como profesional.

Sobre este último tipo de jefe voy a detenerme a hablar un poquito porque es el que tengo actualmente. La Diosa de la Belleza ha sido medianamente generosa con él, porque si lo ves con detenimiento, no sabes si es medianamente feo o medianamente atractivo... Aunque a su favor, debo admitir que hace intentos por combinar todo lo que trae puesto, sin descuidar en aquel trajín que los lentes, el reloj, el esferográfico y la corbata tengan el mismo color, aunque siempre con diferente tonalidad.

Tiene un carisma muy particular; es de aquellos que se detienen con decenas de conocidos en la calle a saludar y a hablar extensamente; adulador por naturaleza y siempre encantador con sus adjetivos calificativos al expresarse de quienes tiene enfrente, así aquellas personas no se ajusten para nada a dichos calificativos.

En los eventos, su presencia nunca queda desapercibida porque, a más de saludar a diestra y siniestra, es ruidoso para aplaudir (además es quien se queda aplaudiendo cuando todos ya terminaron) y alza su desafinada voz para cantar los Himnos de apertura y de cierre con una muy peculiar manera de pararse, completamente erguido, con la cabeza un poco hacia atrás y los brazos hacia los lados.

Como amigo es bastante dulce en su trato, buen escucha y empático con los dilemas existenciales de las personas a quienes él aprecia; es buen consejero porque siempre intenta que uno tenga la apreciación de toda la panorámica de los problemas.

Es extrañamente generoso con su tiempo y su dinero; porque en ocasiones pareciera como que los dos no tienen ninguna importancia para él; y en otras ocasiones les pone un valor desmedido.

Como jefe jamás se adjudica los logros de los demás e intenta potencializar las capacidades de las personas a su cargo.

Sufre de "reunionitis" porque organiza reuniones diarias con su equipo de "cinco minutos" que siempre duran más de cuarenta. Suele dárselas de sufridor al intentar dar la impresión de que él se queda con la peor parte de todo el trabajo. En ocasiones (algo que todavía no entiendo) quiere tener la última palabra sin que su equipo tenga la libertad de opinar libremente y su frase favorita es "eso me resbala" y debo confesar que cuando la dice solo quiero matarlo...

Lo que más me perturba es que suele decirme no cuando le pido algún permiso justificado para no asistir al trabajo (cuando quiero compensar mis horas extras laborables) y le dice sí con mucha facilidad a otras personas, inclusive, a aquellas que interceden por mí. La descripción podría extenderse pero termino diciendo que, a pesar de sus defectos, es un buen jefe.

25 de agosto de 2010

Cumpleaños

Hace dos semana y media cumplí 28 años y me puse a hacer una evaluación de los logros alcanzados. Empecé por los económicos, ya que éstos suelen ser los más valorados por nuestra cultura occidental consumista. Pues bien, ¿qué tengo? No mucho.

No cuento ni con casa ni con departamento propio, ni siquiera con auto. Quizá pude ahorrar para comprarme al menos un auto, pero no supe administrar mis ingresos adecuadamente cuando tuve la oportunidad. Lo que sí conseguí con el "sudor de mi frente" es amoblar medianamente mi casa; creo que cuento con lo necesario: sala, comedor, electrodomésticos (algunos ya medio fallucos), dormitorio y mi última adquisión -una netbook de 10.1" con internet- , por fin el internet llegó a mi hogar. Vuelvo a tener un trabajo después de haber pasado un año sin trabajo estable y ahora estoy pagando, poco a poco, las deudas que adquirí con algunas buenas amistades que estuvieron en posibilidad de ayudarme.

Creo que los bienes más valiosos que tengo a mis 28 años no son materiales (al menos me consuelo con eso), ya que cuento con la sabiduría de quien ha peleado en varias batallas y ha salido airoso de todas ellas. Cierto, no puedo negar que he salido lastimada, pero he sabido canalizar el dolor a favor de mi fortaleza. Aparte de los legados de mis vivencias, tengo la dicha de contar con mi hermana y mi sobrino; y por si fuera poco, además, tengo la suerte de estar locamente enamorada y ser plenamente correspondida, y de tener buenas amistades con las que disfruto de gratos momentos de divagación.

En resumen, han sido 28 años bien cumplidos. Como deseo pido seguir disfrutando de las sorpresas que me da la vida.

Este regalo me dio mi pareja por mi cumpleaños. ¿Acaso no es hermoso?




24 de agosto de 2010

Relaciones enfermizas



¿Qué tan difícil es manejar una relación amorosa? Pues la verdad, bastante. Tratar de estar con uno mismo resulta complicado y más aún si se pretende lidiar con los dilemas de otra persona. Poder tener una relación amorosa madura implica que uno tenga cierto grado de madurez; de lo contrario lo que se conseguirá es depositar todos nuestros vacíos, traumas, asuntos no resueltos, infantilerías, puntos ciegos, etc., etc., en la otra persona; pero lo que agudiza más el asunto es depositar en esa persona (a la que llegamos a considerar el amor de la vida) todo el imaginario del "príncipe azul" o la "mujer ideal" que cargamos en nuestra mente desde que éramos unas pequeñas criaturas, ese ideal que nos introdujeron en la cabeza nuestras madres y padres, los malsanos cuentos infantiles, las novelas que veíamos, las revistas de adolescentes, nuestras amistades...y la lista pueden seguir. Pero, ojo, sólo es un imaginario que nos lleva a idealizar a nuestra pareja y a no ver lo evidente; creo que por eso dicen que "el amor es ciego".

Todo aquello entremezclado puede hacernos entender las relaciones amorosas de una manera desvirtuada, como un "cotinuum" de tragedias y sufrimientos, donde el amor no se concibe sin dolor, amargo y puñalero dolor. Esto puede degenerarse en relaciones donde los momentos de dicha son cada vez más escasos y éstos son sustituidos por largas y agobiantes torturas psicológicas e, inclusive, físicas. En este tipo de relaciones, bastante comunes, el un miembro hace de sádico, el otro de masoquista. ¡Qué sería el uno sin el otro!

Y ¡qué difícil que se hace luego salir de una relación así! Quizá sea porque no se logra concebir un patrón de relación diferente. Tal vez sea porque consideramos que esa amargura es lo único que podremos encontrar como lo más cercano al amor; pero ¿es eso amor? Lo dudo mucho, el amor debe edificar no destruir. Entonces, es probable que eso se deba a nuestro miedo a estar solos. Sin embargo, yo preferiría la soledad a estar mal acompañada, mas eso lo dejo a cada quien, no pretendo juzgar a nadie...

Tal vez el libro Amores altamente peligrosos de Walter Riso les sea de utilidad.

También un video de un programa chileno que habla justo de las relaciones enfermizas, tiene parte dos y tres, pero si les gustó la parte uno, las siguientes búsquenlas en el Youtube.

Todas las palabras

Esta canción es hermosa. Describe en forma muy sencilla el deseo de encontrar a esa persona que llega a transformar tu vida, aquella que le pone color a tu existir. Esta canción es cantada por Marta Gómez de un disco de Idan Raichel. Espero que la disfruten.

Nacimiento

Acabo de crear mi blog; ¡mi primer blog! Esto se siente como haber perdido la virginidad. Bueno, quizá no sea tan dramático ni especial como haber perdido mi virginidad...Un momento, mi primera vez no fue ni dramática ni especial, así que sí puedo comparar mi primer blog con el recuerdo de aquella primera vez sexoamorosa. En fin, he postergado la creación de mi vitácora virtual por mucho tiempo y un taller en CIESPAL me ha obligado a concretar un anhelo que ha venido persiguiéndome por algún tiempo. He escuchado por varias ocasiones que escribir limpia el alma porque te ayuda a sacar los demonios de adentro. Vamos a ver si podré limpiarme con el ejercicio de la escritura.

He llamado a mi blog "Entre garabatos y anécdotas"; pero no quiero adjudicarme este nombre tan original. La verdad este nombre se le ocurrió a una compañera de un curso de teatro de mi colegio, hace ya 15 años. Mi profesor de teatro de aquel curso nos pidió que pensemos en un nombre original para llamar a la obra que estábamos elaborando, y a una compañera se le ocurrió este simpático nombre; y así se llamó la obra, muy graciosa, por cierto. Supongo que esto no es un plagio del todo, pero quería empezar siendo sincera con respecto al origen del nombre de mi blog. Pero, además, he escogido este nombre porque sintetiza lo que voy a plasmar en este blog: mis garabatos y mis anécdotas.