Esta pregunta estaba escondida entre decenas de palabras que se abrían paso ante mis ojos, mientras leía una publicación de un joven excepcional en su blog, que detalla su escape (provisional) a la muerte.
Lo único seguro que tenemos en la vida es que algún día ya no estaremos aquí; y la mayoría de nosotros nos pasamos viviendo engañados en la ilusión de eternidad. Somo efímeros y deberíamos hacer de aquella condición nuestro más valioso elemento de negociación. Y claro, si después de todo: de tanto trajín, de tantas agonías y sufrimientos, de tanto estudio, de tantas horas desperdiciadas en el trabajo, de tantas pretensiones por querer tener más de lo que tenemos, de tantas poses y máscaras presentadas antes los demás, no nos quedará nada...
Lo único seguro que tenemos en la vida es que algún día ya no estaremos aquí; y la mayoría de nosotros nos pasamos viviendo engañados en la ilusión de eternidad. Somo efímeros y deberíamos hacer de aquella condición nuestro más valioso elemento de negociación. Y claro, si después de todo: de tanto trajín, de tantas agonías y sufrimientos, de tanto estudio, de tantas horas desperdiciadas en el trabajo, de tantas pretensiones por querer tener más de lo que tenemos, de tantas poses y máscaras presentadas antes los demás, no nos quedará nada...
El sentimiento de ser efímeros, de ser transitorios llena el pecho de un miedo reverencial. ¿Qué tantas cosas haríamos o dejaríamos de hacer si tuviésemos la conciencia constante de ser pasajeros de un tren que llegará pronto a su destino final, y que al culminar su viaje culminaremos con él?
Sí fuéramos conscientes de los minutos perdidos en nuestra existencia, no fueran perdidos sino invertidos y convertidos en victorias ganadas.
ResponderEliminarSiempre que leo tú blog pienso que es una genial idea, que te hayas animado hacerlo...
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