Profundamente intrigada por las personas que aparecen en nuestra vida como maremoto: destruyendo esquemas, haciendo que nos confrontemos con nuestras creencias, límites, principios; que replanteemos nuestros proyectos, nuestra manera de llevar la vida, no porque esa persona que llega como avalancha lo haga o lo pida de manera explícita, sino porque su presencia genera una clase de "crisis existencial" en la cual descubrimos, con cierto estupor, que esa persona apareció como fantasma, no provocó nada sino que lo detonó.
Cómo explicar este fenómeno, este alocado ir y venir, las sensaciones que llenan mi mente y cuerpo desde la perturbadora aparición de aquel ser venido de otro tiempo, de otra época, otra dimensión, otro mundo; un ser salido desde las profundidades de lo oculto, de lo sin nombre... El deseo primitivo, el miedo reverencial...
Y ¿qué hacer ahora? cuando el deseo de estar con lo enigmático no permite ver horizonte ni salida, y lo único seguro que se tiene es saber que no se está seguro. Ayer, ahora no significan nada, el ahora en un segundo será nada y el futuro, simplemente, no existe en el ser.
Dulce y terrible maremoto, agua tormentosa de la que salieron todos mis miedos y mis demonios, te pido que seas una estrella fugaz de mi cielo porque no soporto tu luz iluminando mi temible sombra por más tiempo... Llévame.
