Ahora escucha,
es momento de cerrar
la puerta que dejó entrar
aquella luz y esperanza
que ya se apagaron.
Dejé de tener miedo,
pues vencí con altivez
a la jauría de perros hambrientos
del sótano al que me lanzaste,
donde perdí la noción del tiempo,
y me confundí con mi sombra.
No tiene sentido ya susurrar
todo quedó allá adentro
cómo ves salí,
he recuperado mi libertad.